Sobreseimiento libre o provisional de la causa

En Simó Abogados, como despacho especializado en derecho penal, comprendemos que la mayoría de las personas asocian el mayor éxito en una defensa penal con la absolución del acusado tras un juicio. Por supuesto, una sentencia absolutoria siempre será un resultado deseado, ya que conlleva la plena exoneración de cualquier responsabilidad penal. Sin embargo, nuestra estrategia va más allá de simplemente defender en el juicio. ¿Y si conseguimos evitar que nuestros clientes lleguen siquiera a sentarse en el banquillo de los acusados?

La clave está en trabajar exhaustivamente desde las primeras fases del procedimiento penal, especialmente durante la fase de instrucción. En esta etapa, el objetivo principal es buscar el sobreseimiento libre o provisional de la causa, lo que implica que no haya indicios suficientes para llevar la acusación a juicio. En muchos casos, esto permite cerrar el caso antes de que llegue a una fase más avanzada y, lo más importante, evitar el desgaste emocional, económico y reputacional que supone enfrentarse a un juicio penal.

Caso de Éxito:

Un ejemplo reciente de éxito en nuestro despacho ilustra claramente esta estrategia:
Recientemente, representamos a una cliente que fue denunciada por un presunto hurto de 10.000 euros. La denunciante alegaba que guardaba esta cantidad en efectivo en una caja dentro de un armario, y que nuestra cliente, quien cuidaba a su madre anciana, supuestamente lo había sustraído. 

Desde el inicio de la fase de instrucción, nos enfocamos en desmontar la acusación. Se practicaron diversas diligencias de prueba y, tras un exhaustivo análisis, no se encontraron indicios de la comisión del delito, y mucho menos que la autora fuera nuestra cliente. Con esta base, solicitamos por escrito el sobreseimiento de la causa, argumentando de forma detallada y fundamentada la inexistencia de pruebas suficientes.

El juzgado de instrucción, tras revisar nuestra solicitud y las pruebas aportadas, acordó el sobreseimiento de la causa, lo que permitió a nuestra cliente evitar un juicio y su correspondiente exposición pública. De este modo, conseguimos un resultado óptimo: proteger los derechos e intereses de nuestra cliente sin necesidad de que se enfrentara a un proceso judicial completo.

La importancia de una defensa activa y preventiva

Este caso es solo un ejemplo de cómo una defensa activa y bien fundamentada puede marcar la diferencia en el resultado de un proceso penal. Nuestro compromiso es analizar cada detalle del caso desde el primer momento, con el fin de detectar posibles inconsistencias en la acusación y defender con firmeza los derechos de nuestros clientes. 

En definitiva, nuestro objetivo no es solo ganar juicios, sino evitar que lleguen a celebrarse cuando no hay motivo suficiente para ello. Esto no solo favorece a nuestros clientes, sino que contribuye a un sistema judicial más eficiente y justo, evitando procedimientos innecesarios y protegiendo la presunción de inocencia.

Si tienes dudas sobre un procedimiento penal en el que te encuentras involucrado o necesitas asesoramiento legal especializado, no dudes en contactarnos. Estamos aquí para ayudarte y brindarte la mejor defensa desde el primer momento.