Condenado por asesinato y homicidio en grado de tentativa

8 de noviembre de 2017, un sujeto acaba con la vida de una persona e intenta acabar con la vida de otra. Una pelea, entre dos familias, propiciada por un rumor por saber quién era el padre del niño que estaba en el vientre de una joven.

Los hechos, acreditados en el plenario, consistieron en:

"Sobre las 18:00 del ocho de noviembre de 2017, seis integrantes de la familia R.L. (entre los que se hallaba G.R.A., sujeto fallecido por los hechos investigados en esa casusa), se dirigieron al domicilio de la familia A.F., sito en la calle Calabardina de Águilas iniciándose una discusión entre miembros de ambas familias, en las inmediaciones de la vivienda de los A.F.

En el curso de la discusión, un cuñado de los hermanos A.F. llamado D.M.M. (español, mayor de edad y sin antecedentes penales a efectos de reincidencia) se dirigió con una navaja de unos 25 centímetros de hoja hacia dos de los hijos de G.R.A., interponiéndose éste en su camino y, mientras forcejeaban y para acabar con su vida, D.M.M. le propinó a G.R.A una puñalada en la región dorsal izquierda que penetró unos 16 cm en el tórax de G.R.A. y le seccionó la arteria aorta y la vena cava, ocasionado con ello la muerte de G.R.A.

D.M.M., inmediatamente después de herir mortalmente a G.R.A., se dirigió hacia su hijo D.R.L. portando la misma navaja, y para acabar con su vida, apuñaló a D.R.L. varias veces en el cuello y en la espalda, ocasionándole diversas heridas que precisaron tratamiento facultativo para su sanidad, entre otro, puntos de sutura con grapas y revisión quirúrgica de la herida. D.R.L. sanó de sus lesiones a los 90 días de los que 2 días fueron impeditivos, quedándole una única secuela consistente en tres cicatrices de 2, 1 y 0´5 cm en región mandibular y una cicatriz de 2´5 cm en región torácica posterior lo que constituye un perjuicio estético ligero".

Durante todo el procedimiento, incluido en el trámite de conclusiones definitivas, el Ministerio Fiscal entendía que la pena a imponer a D.M.M. por el apuñalamiento a D.R.L. era un delito de lesiones graves, siendo contrarias a las pretensiones de esta parte que entendía que era un delito claro de homicidio en grado de tentativa.

A su vez, entendíamos que el actuar de mis clientes, D.R.L. y M.R.L. que también iban en calidad de investigados por las lesiones producidas a D.M.M., fue tras la mortal agresión su padre y en aras del derecho de legítima defensa. Finalmente ninguna de las partes ejercieron la acusación frente a ellos.

Tras 15 sesiones de juicio oral, el Jurado dictó un veredicto condenatorio frente a D.M.M. conforme a las pretensiones ejercidas íntegramente por esta parte, y es que D.M.M. era responsable de un delito de homicidio y homicidio en grado de tentativa.